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martes, 27 de diciembre de 2022

¿Qué son los radiadores de baja temperatura?


Con las olas de frío de estos días, se incrementan los consumos energéticos de nuestro hogar. Para solucionar este problema, existe un tipo de tecnología que nos ayuda a ahorrar gracias al excelente rendimiento de los equipos que lo acompañan, esto es, la aerotermia. La principal ventaja de los radiadores de baja temperatura es, como su nombre bien indica, su capacidad de aprovechar temperaturas de impulsión muy bajas para producir un ambiente ideal. El radiador es capaz de emitir calor medible al ambiente empleando una temperatura de salida de agua de sólo 35ºC, frente a los 65-80ºC que suelen necesitar los radiadores tradicionales.


Las mediciones de las emisiones de calor de los radiadores de baja temperatura se toman en función de la diferencia de temperatura entre el ambiente y la temperatura media del agua, percibiéndose el funcionamiento del equipo con una sobre-temperatura de tan sólo 7ºC.


Un factor que habla a favor de este sistema es que, en la gran mayoría de modelos se incluye la posibilidad de producir refrigeración a través de la aerotermia. Los equipos aerotérmicos han sido diseñados con el principio de funcionamiento de un frigorífico, incorporando una bomba de calor reversible que les permite gestionar temperaturas de entre 5 y 20ºC para producir frío. Por su parte, los radiadores de baja temperatura se desarrollaron para aprovechar todas las ventajas de este tipo de sistema, incluyendo esta posibilidad.


Funcionamiento de los radiadores de baja temperatura



Una masa pequeña se calienta más rápido que una grande. Esta es la ley física en la que se han basado las grandes marcas de climatización para desarrollar sus equipos para bomba de calor y caldera de condensación.


Los radiadores de baja temperatura contienen entre un 80%-90% menos de agua que un radiador convencional, reduciendo la cantidad de masa que tienen que calentar para producir calor. Además, este tipo de producto no posee materiales pesados que deban calentarse primero, produciéndose así una gran capacidad de transmisión térmica en los equipos.


El intercambiador de calor, por lo general, suele ser de un aleteado de aluminio implementando tuberías de cobre que transfieren el calor a la habitación inmediatamente. El radiador de baja temperatura reacciona entonces más rápido a una demanda de calor, proporcionando mayor confort con menor consumo de energía.


Según múltiples estudios, una instalación con radiadores de baja temperatura consume entre un 5 y un 15% menos energía que una instalación con radiadores convencionales, variando este valor en función del método de construcción de la vivienda, el clima al que se someta y el uso que los ocupantes den a este sistema de calefacción. Dicho rango de ahorro se debe a que estos equipos alcanzan rápidamente la temperatura deseada, limitando su calentamiento al llegar a este punto para no producir gastos innecesarios con la consecuencia de que se derrocha menos energía.

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