La factura de la luz es, en muchas ocasiones, un quebradero de cabeza para el usuario final. Entender todos los conceptos que en ella tienen relevancia, y saber controlarlos para poder reducir los gastos, parece una tarea imposible. De hecho, muchas veces no somos conscientes de estar gastando más de lo debido por este mismo desconocimiento. Por ello, para esclarecer este tema, hoy explicaremos cuáles son los elementos que afectan al recibo final, y también una serie de consejos de sencilla aplicación si se quiere ahorrar en la factura de la luz.
Factores que afectan a la factura de la luz
Se conoce como tarifa eléctrica al precio que se paga por la energía consumida en casa, y que proviene de la Red Eléctrica de España. Hay ciertos conceptos básicos que debemos conocer de ella para poder, posteriormente, optimizarlos.
- Potencia: Son la cantidad de kW que el usuario tiene contratados, y que afectan al número de equipos que se pueden tener conectados al mismo tiempo.
- Energía: Es la cantidad de energía consumida en la vivienda en kWh y recogida en el contador eléctrico.
- Peajes de acceso: Estos son peajes por el uso de las redes de distribución y transporte, afectando a la potencia y a la energía antes mencionadas.
Aparte de estos conceptos básicos, también existen otros que afectan a la factura:
- Energía reactiva: Energía que los equipos retienen y después devuelven a la red, pero que hay que generar y que se cobra al usuario final.
- Discriminación horaria: Existen tarifas ajustadas a diferentes horarios, ajustando el precio final de la electricidad en función de la hora a la que se consuma.
- Estacionalidad: Es un complemento de recargo o descuento porcentual aplicado sobre la tarifa eléctrica.
- Incrementos: Aquí incluimos el impuesto sobre la electricidad, los alquileres de equipos y el IVA.
Consejos para reducir la factura
Una vez definidos los aspectos más importantes de nuestro recibo de la luz, vamos a proceder a dar una serie de consejos en referencia a ellos para ahorrar en la factura final de la luz.
- En primer lugar, elegir la tarifa adecuada acorde a las características de consumo de la vivienda. Tener en cuenta las modalidades de contratación y los periodos tarifarios. Para ello debemos estudiar nuestra forma de consumir y ajustarlo a las diferentes opciones que se nos ofrecen. Para este paso quizá sea conveniente buscar un profesional que nos asesore.
- Analizar y corregir el factor de la potencia contratada, ya que una adecuación de este factor conllevaría un ahorro importante en el peaje de acceso por potencia. Para esto tenemos que tener en cuenta la cantidad de equipos que conectamos habitualmente al mismo tiempo. Si esta cantidad no es muy alta, no necesitamos mucha potencia instalada.
- Reducir la cantidad de energía reactiva que requieren los equipos, ya que esta energía no se utiliza para nada, pero se debemos pagar por ella y se ve reflejada en la factura de la luz. Si este dato es muy relevante, se puede reducir instalando pequeños equipos como las baterías de condensadores, que reducen la demanda de energía reactiva.
- Un consumo responsable es también un factor muy importante a la hora de optimizar la factura. Una concienciación ambiental apropiada conlleva una reducción de consumo, que se traduce en una optimización económica de la factura.
- Optar por equipos más eficientes. La utilización de iluminación de bajo consumo, o instalaciones de climatización eficientes, pueden suponer un ahorro muy importante para nuestra vivienda. Una mejora del aislamiento también puede contribuir a reducir el gasto en calor o frío.
- Otra opción es realizar una inversión para instalar algún sistema de energía renovable, como podría ser una placa fotovoltaica. Esto conllevaría una reducción notable de consumo, e incluso la posibilidad de suministrar energía a la red y obtener beneficios a cambio con la nueva normativa de autoconsumo.
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