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miércoles, 30 de noviembre de 2016

Cómo reducir la factura de la luz usando calefacción


Uno de los elementos que más hace subir el importe de la factura eléctrica es la calefacción. Cuando llega el invierno, en muchos lugares los meses de frío hacen necesario ponerla en marcha. Pero el consumo de calefacción se puede reducir entre un 10 y un 40%, lo que supondría un ahorro importante dentro de un hogar medio.

Por eso merece la pena tener en cuenta los consejos que facilita el Instituto para la Diversificación y el Ahorro de Energía (IDAE), unas sencillas pautas que nos serán de gran ayuda.

En primer lugar, la calefacción no tiene por qué estar al máximo. Una temperatura de 21ºC es lo suficientemente agradable y  no es necesario aumentarla. Tampoco es bueno que esté siempre encendida, así que lo mejor es apagarla al acostarnos por la noche.

Si vamos a ausentarnos de casa durante unas horas, lo recomendable es mover el termostato y dejarlo a 15 grados. Algunos modelos de calefacción tienen un modo ‘economía’ muy útil para estos casos.
Durante la noche se deben cerrar persianas y cortinas para que no se pierda el calor, evitando siempre malgastar energía. Por el contrario, durante el día se recomienda tener las persianas levantadas para aprovechar la luz y el calor solar.

Otro de los puntos clave son los radiadores. No deben estar cubiertos ni pegados a nada porque impediría la difusión correcta del aire caliente. También podemos ser previsores antes de la llegada del frío y purgar el aire de los radiadores, para que solo salga agua.


Invertir en instalaciones de aislamiento térmico, como las ventanas de doble cristal, puede ser un gasto rentable a medio plazo, a pesar del desembolso inicial. Otra forma de ahorrar entre un 8 y un 13% de energía es instalar válvulas termostáticas en los radiadores, algo que resulta barato y sencillo.

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