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miércoles, 7 de octubre de 2020

Tipos de calefacción para disfrutar del calor de tu hogar

 


 Un hogar cálido en invierno es sinónimo de lugar confortable y acogedor, de ahí la importancia de dedicar tiempo suficiente a elegir el tipo de calefacción más adecuado para cada vivienda.

Podemos hacer una clasificación de los diferentes tipos de calefacción en función de la fuente de energía que utilizan (electricidad, energía solar, energía geotérmica, biomasa, gas, energía solar, etc.). Éste, sin embargo, no será el único criterio a tener en cuenta para elegir la mejor calefacción para nuestra vivienda: la eficiencia del sistema depende de múltiples variables, entre ellas aspectos propios de la casa (como ubicación geográfica, tamaño, distribución, materiales de construcción, tipo de aislamiento, nivel de incidencia de los rayos solares, etc.) y de las personas que conviven en ella de forma habitual.


Calefacción eléctrica
Su funcionamiento es bastante sencillo, pues no necesitan una instalación especial, y únicamente deben conectarse a la red eléctrica. Las calefacciones eléctricas son seguras, no requieren mantenimiento y permiten regular la temperatura, lo que contribuye a una mayor confortabilidad.

 Entre los distintos tipos de calefacción eléctrica distinguimos entre:

Bombas de calor. Las bombas de calor son sistemas de aire acondicionado con doble funcionalidad: calor en invierno y frío en verano. Debido a esta dualidad, son uno de los tipos de calefacción con los que antes amortizamos la inversión inicial. La bomba de calor también es un sistema cómodo, ya que podemos elegir la temperatura que queramos (incluso programarla) y siempre obtendremos una distribución rápida del calor. Este sistema está especialmente recomendado en zonas con clima cálido e inviernos suaves.
 

Suelo radiante.  Los sistemas de climatización por suelo radiante funcionan gracias a una red de tubería plástica instalada bajo el pavimento que hace circular agua caliente provocando que el calor irradie desde el suelo. Este tipo de calor es eficiente en las zonas más frías, y su consumo energético es muy bajo. El hecho de no utilizar elementos externos (por ejemplo, radiadores) también puede verse como una ventaja para ganar espacio en la vivienda. El principal inconveniente es su precio, ya que requiere una importante inversión.
 

Emisores termoeléctricos.
Son los tradicionales radiadores de aceite. Este tipo de calefacción genera calor gracias a un aceite térmico que se calienta por medio de una resistencia eléctrica. Los radiadores funcionan de manera autónoma, y no requieren instalación previa. Otra de sus ventajas es que, al apagarlos, siguen desprendiendo calor durante horas, dotando de cierta autonomía al sistema. Se trata de un tipo de radiador con un alto poder calorífico, lo que garantiza un confort casi inmediato, gracias a la capacidad que presentan para calentar la estancia en la que se encuentran.
 

Convectores eléctricos. Los convectores calientan el aire a través de unas resistencias enchufadas a la corriente eléctrica. Puesto que el aire caliente pesa menos que el frío, éste asciende calentando la habitación donde se encuentra instalado el aparato. Los convectores son uno de los tipos de calefacción más cómodos y baratos del mercado, y permiten calentar las estancias de forma rápida y sencilla. TESY dispone de un catálogo de convectores eléctricos murales que permiten la manipulación del convector vía Internet (tecnología TESY Cloud). Además, gracias al acabado cuidado que presentan son fácilmente integrables en cualquier espacio, sin romper la armonía de la estancia en la que se encuentran.
 

Estufas. Si hablamos de comodidad, posiblemente las estufas son el sistema de calefacción más básico: no requieren instalación ni inversión previa, y tienen una gran capacidad calorífica. Además, no consumen demasiado, por lo que resultan económicas.

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