Este es el nombre por el que se suele conocer a estos aparatos, no obstante, su nombre correcto sería “compactos”.
Es decir, interiormente, este tipo de aparatos tiene una separación entre el condensador y el evaporador. Por ello, no existe ningún tipo de intercambio de aire entre el interior y el exterior del lugar en el que se encuentre. Este tipo de equipos tienen una opción que se suele denominar “ventilación” en la que sí será posible que el aire exterior pase al habitáculo para poder renovar el aire.
La instalación de estos aparatos es fija y puede darse en las ventanas o en los muros, de ahí su nombre popular. En la teoría, estos equipos se diseñaron para instalarse en las ventanas, debido a los problemas de vibraciones y humedad. Sin embargo, en España es mucho más común que se instalen en los muros, sobre todo en las viviendas particulares.
Este tipo de aire acondicionado ha sido utilizado tradicionalmente en bares, viviendas y tiendas pequeñas. Su capacidad frigorífica es bastante elevada, variando entre las 1.200 y las 6.000 frigorías, por lo que es capaz de refrigerar un local de grandes dimensiones. No obstante, este tipo de aparatos está siendo cada vez menos demandado, debido a la preferencia que existe hacia los acondicionadores de partido o consola.
Esto se debe, en gran parte, a sus desventajas principales, que son el ruido que hacen al funcionar, el consumo algo más elevado y una apariencia muy poco estética.
No obstante, también presenta ventajas, como la fácil instalación y el bajo precio de la misma o el hecho de que apenas necesita ningún mantenimiento
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